viernes, 16 de septiembre de 2016

Receta de Conejo guisado al ajillo

Conejo guisado al ajillo

En pocas ocaciones nos encontramos ante esta receta: Conejo guisado al ajillo, es una receta sencilla y con pocos ingredientes. El sabor del ajo esta muy presente, pero en justa medida sin exceso. Al probar esta receta quedarás encantado(a) y la repetirás te lo aseguro.




El conejo es una carne blanca con poca grasa, adecuada para dietas bajas en calorías. Destaca por su aporte de potasio, fósforo y calcio y además es económica. Cuando vayamos a comprarlo debemos comprobar que sus patas son flexibles y su carne de color rosado, características que nos indican que es un ejemplar tierno y en buenas condiciones. Para esta receta, necesitaremos tenerlo trocearlo, así que pedidle al carnicero/a que lo corte para freír y guisar. Aunque lo compres ya embolsado, bastará con acercarse a la sección de carnes y gustosamente se lo prepararán. Eso sí, al tener muy poca grasa, puede resultar una carne algo seca por lo que les recomiendo siempre cocinarlo con alguna salsa o guarnición que le aporte jugosidad al plato.
Para la realización de la Receta necesitaremos ...

Ingredientes:

1 conejo de 1,5 Kg ya troceado
1 cabeza de ajo (8-10 dientes de ajo)
200 ml. de vino blanco
150 ml de aceite de oliva virgen extra
Un ramillete de tomillo fresco (opcional)
Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)


Modo de preparación:


Comenzamos por aderezar el conejo con sal y pimienta, y lo dejamos reposando hasta que lo cocinemos. Pelamos los dientes de ajo, unos 8-10 suelen traer las cabezas. Para que suelten más sabor vamos a estallarlos ligeramente: bastará con presionar sobre el diente de ajo con el cuchillo, hasta que oímos que se rompe. Reservamos.

En una cazuela ancha y plana, vertemos una lámina de aceite de oliva virgen extra y calentamos a fuego medio. En cuanto coja temperatura, añadimos los ajos y bajamos a fuego bajo (nivel 4 de 10). Queremos que los ajos se vayan tostando poco a poco, soltando todo su sabor al aceite pero sin que se arrebaten o pasen de punto. Es importante controlarlos y que en ningún momento lleguen a quemarse. Tras 5-6 minutos podemos retirar los dientes de ajo, que reservamos para más adelante.

Subimos ahora el fuego y en cuanto el aceite esté caliente comenzamos a freír el conejo vuelta y vuelta. Cocinamos hasta que vemos que están bien doraditos los trozos de carne. Vertemos ahora el vino y dejamos que cueza para que se vaya evaporando el alcohol. Pasados 5 minutos se habrá formado una salsa entre el aceite, el vino y los jugos que fue soltando el conejo.

Incorporamos de nuevo los dientes de ajo que teníamos reservamos y opcionalmente podemos añadir alguna hierba fresca aromática. Yo le he añadido un pequeño ramillete de tomillo fresco, que le queda perfecto a los guisos de conejo. Tapamos y cocinamos a fuego medio durante 20 minutos, en los que la salsa se irá espesando y adquiriendo una textura ligeramente cremosa. A mitad de cocción podemos darle la vuelta a alguna pieza de carne que sobresalga de la salsa.

Listo!!!!!

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